sábado, 9 de abril de 2011

"Discapacitados, Minusválidos"...por favor NO.


Llamarlos discapacitados es decirles que son distintos para esta sociedad, donde al ser humano se le requiere mayor productividad laboral, escolar, social, familiar, teniendo que aprobar aptitudes y condiciones para ser un buen ciudadano, creyendo que los que no lo consiguen son peores, incluso ellos mismos acaban aceptando su inferioridad.

No es necesario ser rubio, alto, fuerte, atlético, ágil, valiente, capaz, sino más bien ser un ser con amor en el corazón.
¿Dónde miden esta capacidad de amar? ¿Quiénes son los discapacitados entonces? ¿Es correr bien, andar bonito, hablar con un buen acento en inglés, ser inteligente para las matemáticas no ser discapacitado? Entonces nunca hemos entendido nada.

El ser no se divide en buenos o malos, discapacitados y normales, todas estas etiquetas son imposiciones de la sociedad, y de lo que se trata es de acabar con ellas, volver al inicio, revisar de que se trata ser un humano y de cómo va vivir, y sobre éstas; la verdad sólo es una: “todos somos iguales, nuestra esencia es la misma, nadie es mejor ni peor, simplemente distintos”… y por eso el mundo tiene más colorido y es más divertido, si fuésemos iguales sería muy monótono, nadie aportaría nada a otro, ¿que podríamos explicarnos que ya no supiésemos?.

Si ahora la gente mira mal al que no es igual, el problema lo tiene esa persona y debería tratar de arreglarlo, ¿qué problema tienes tú al respecto?, ¿te incomoda? ¿ te hace sufrir verlo? ¿no aceptas lo que hay? Probablemente podrías hacer algo mejor en lugar de mirar con esa cara de asombro y pena. Podrías sonreírle, eso ya sería suficiente para no herirle más todavía.

Porque ese “discapacitado” siente, oye, mira, cada uno en su medida, pero no se le pasan las cosas por alto, al contrario, está muy entrenado para ver lo que hay sin que los demás se den cuenta, olfateando como un perrito donde se encuentra el amor, donde no me van a dañar.

Muchos sólo necesitan respeto, con eso ya se sentirían parte del grupo, y ser parte de algo es importante, los hace sentir bien, y de esto se trata todo, de sentirse bien en la piel de uno mismo. Por más que uno se quiera, lo consiga, acepte su situación, si los demás no te dejan entrar y con esto te rechazan, te quedas solo en tu aceptación, pero nadie quiere sentir que está solo, muy diferente es desear estar en soledad en ocasiones, no es lo mismo.

Empecemos a mirar que clase de sociedad avanzada es ésta, en la que es un delito y se te excluye por el hecho de ser distinto… Pensemos cada uno en qué medida podemos cambiar al respecto, como en nuestro propio entorno uno puede mejorar la situación, y siempre pasará por el amor a Dios, y al prójimo, como a ti mismo.

Si tú fueras él, ¿cómo te gustaría que te tratasen?, supongo que con amor y respeto, nada más. Tampoco querrías grandes diferencias eso te haría sentir otra vez distinto, si no que te incluyeran en el grupo por ser tú, por ser tal como eres, queriéndote de igual modo.

Es así como los discapacitados ya no tendrían que llevar esa etiqueta distintiva, cuando la sociedad los abrace y les digan, todos somos uno, todos somos iguales, seres humanos, nada más ni nada menos, con capacidad de amar, que no es poco, no se esfuercen, los queremos igual… Puede que muchos se sanen solamente por saber que eso es así de fácil y así de bonito, pero es en realidad de la única forma que debe ser.